. . Esa pizca enardecedora, que más adelante me permitirá recordar cuan vividos fueron mis días pasados.
viernes, 11 de octubre de 2013
Uno intenta, como puede, sonreir, demostrar que se encuentra bien y que todo pasará. Racionaliza la situación y seca las lágrimas. Se hace la idea de que nada es eterno y mucho menos seguro- sólo la muerte-, pero no olvida... y es obvio que no olvidará, porque se quiere con la mente, las emociones, los procesos fisiológicos, los procesos mentales, el corazón, el hígado, la piel, los labios, la nariz, los ojos... y hasta el alma... cuando de verdad se quiere, se quiere hasta el alma y uno intenta tontamente olvidar....
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