lunes, 12 de julio de 2010

En tiempos de cólera y locura. . .


La mejor devolución a tantas cosas que haces, es que aún conservas la posibilidad de elegir. Entre tantos anuncios y aparatos humanos deshidratados por la falta de vida, dotados de elegancias suversivas que quieren confundirnos con sus sordas pero agitantes palabras, aún permaneces intacto, porque fuera de esa carcarza contaminada en la que nos movemos a menudo, dentro tuyo continúa vitalmente enardecido tu fuero más seguro,tu lugar, tu libertad.

Una compañera de viajes y peripecias, especialista en parar el día más rutinario de todos, al soltar ese juego de "s" mal puestas (ambas nos reconocemos sesiosas empedernidas aún no queriéndolo) y regalarme una más de sus tantas filosofías inventadas que alimentan su locura de vivir, me ha dicho alguna vez, que no hay mejor cosa que caminar el propio camino.

Algo incómodo y decapitador de estructuras. Esos cuadraditos en los que solemos intrometernos para sentir el cobijo de la seguridad, pero que cuanto más mal nos hacen, al cuartar poquito a poquito, esa loca autenticidad que nos pide ser redescubierta, esa originalidad regalda por las manos del de arriba, que nos permite dar al mundo nuestro, chiquito o grande, granito de arena, para hacer de él, una calesita menos enloquecedora, citando a otra loca compañera de vida,sabrás darte por aludida.

Pienso por ahí, que enloquecer no ha matado de pecado a nadie, y que ser loca en la justa medida, en signo de sanidad, y de vida por sobre todo.

Creer que no hay nada mejor que tener la propia vida en las manos, es desde mi lógica, estar en lo justo, en lo acertado.

Es ahí donde el llanto me ha mostrado que detrás de una dura desición se esconde un invaluable crecimiento, que sólo el desafío de haberse levantado luego de una caída, puede regalártelo.

La vida se vive, habiéndose caído alguna vez. Y todo ser habitado de alma tiene derecho a aprehender de lo que ha transcurrido. Pero afortunadamente quienes apuntan a lo alto, saben que quedarse en ese instante provocaría la muerte súbita y automática de ideales minuiciosamente esclarecidos o por esclarecerse en algún tiempo más.
PARA SALTAR HAY QUE SOLTAR

Es preciso abandonar lo que poco nos representa, y animarnos a ser protagnistas de nuestra propia felicidad. Dar el siguiente paso es la empresa más arriesgada pero la más entusiasta de las que jamás he podido ser parte.

Quien pueda cortar con las cadenas que trabucan sus propios deseos, es quien debe, merecidamente, ser considerado un audaz buscador del sentido. Pues no sólo se ha dejado ser, sino que también a desenmascarado hábitos aérodinámicos y poco humanos, que lejos de dar respuestas útiles que le permitan ser un loco de la vida, lo han desparramado por entre los mudos sonámbulos con los que solemos estrechar manos en el día a día.

Ser diferentes es una hazaña de grandes, que han sabido ver con ojos sabios, que siempre existe otra manera de ver las cosas, y que aquello que tantas teorías escuchadas, como las de mi amiga loca,ameritan y acentúan con bravía seguridad, representan oportunidades de renacer y resucitar de la rutina abrumadora que nos persigue.

Hay una frase que no ha dejado de resonarme, desde aquél histórico momento, en el que aquella vieja poco querida por mi y por los que se encontraban de entre esas cuatro paredes, citando al renombrado Atahualpa Yupanqui, soltó ese juego de palabras que dió otra retocada a mi historia: " Para el que mira sin ver, la tierra es tierra nomás "


Será, que caminamos por la vida, creyéndonos dignos de ser llamados con respeto, por sabérnoslas todas, cuando en realidad, damos paso tras paso, desortijando nuestros propios sueños, por no permitirnos elegir nuestro destino.

Dejar atrás la camuflada actitud de gloria, es la inversión más sana para el buen vivir. Hay que dejarse caer y tocar fondo de vez en cuando, porque es ahí donde uno aprende, cuando se está dispuesto a hacerlo.

Empezar desde abajo, inevitablemente nos llevará a lo alto.

Sabiéndote capaz, todo es posible.




La única manera de alcanzar nuestros sueños es siendo generosos con nosotros mismos.

P. Cohelo


No hay comentarios:

Publicar un comentario